Cuando pensamos en salud, solemos enfocarnos en el cuerpo físico: músculos, órganos, síntomas visibles. Pero esta es solo una parte de lo que somos. Nuestro verdadero Ser va mucho más allá de lo que podemos ver o tocar.
En este artículo te cuento cómo entender la salud desde una perspectiva energética puede abrirte nuevas formas de sanación, y por qué las terapias a distancia pueden ser tan efectivas como las presenciales.
Mucho más que cuerpo físico
¿Te has sentido alguna vez agotado/a emocionalmente, incluso si tu cuerpo está sano? ¿Has notado cómo una emoción intensa puede afectar tu sueño, tu digestión o tus defensas?
Esto ocurre porque no solo somos materia. Somos energía, pensamientos, emociones, vibración.
Desde esta visión integral, la salud depende tanto del cuerpo físico, como del equilibrio en nuestros niveles mental, emocional y energético.
¿Qué significa “somos energía”?
Aunque a simple vista parezca que somos solo un cuerpo físico, en realidad somos mucho más que eso. Nuestra esencia no se limita a los huesos, órganos y músculos. Somos también pensamientos, emociones, sentimientos… y, sobre todo, energía en movimiento.
Desde la física cuántica hasta las tradiciones espirituales más antiguas, muchas corrientes coinciden en una verdad fundamental:
todo lo que existe vibra, se mueve, emite frecuencia.
Nuestro cuerpo físico es la parte más densa de esa energía, pero también tenemos otros cuerpos más sutiles: emocional, mental, espiritual. Estos interactúan entre sí todo el tiempo, y también con nuestro entorno.
¿Alguna vez has sentido el “ambiente cargado” al entrar en una habitación? ¿O has pensado en alguien justo antes de que te escribiera? Esas experiencias son ejemplos cotidianos de cómo la energía va más allá de lo visible o lo tangible.
Al trabajar con terapias energéticas, abordamos síntomas físicos y además vamos a la raíz vibratoria del desequilibrio. Por eso, no siempre es necesario tocar el cuerpo: podemos conectar con el campo energético de una persona y acompañar procesos profundos sin estar en el mismo lugar físico.
¿Cómo funcionan las terapias a distancia?
Cuando hablamos de terapias a distancia, muchas personas se preguntan:
¿Cómo puede alguien ayudarme si no está físicamente conmigo? La respuesta está en comprender que la energía no necesita cables, ni contacto directo, ni espacio físico para fluir.
Las terapias energéticas, como el Par Biomagnético o el Reiki, funcionan sobre el principio de que todo ser humano posee un campo energético propio (también llamado campo electromagnético o aura), el cual puede ser evaluado e influido incluso a distancia. Esto es posible porque la intención, la vibración y la conexión energética no conocen barreras físicas.
En una sesión a distancia, utilizo métodos como el testeo muscular remoto (Kinesilogía), la conexión energética consciente y protocolos de terapia energética para identificar desequilibrios, emociones atrapadas o bloqueos en tu sistema. Una vez detectados, coloco los imanes en un cuerpo sustituto (como mi propio cuerpo) que actúa como una antena resonante para tu campo energético. Basado en el principio de la conexión cuántica, aplico la corrección con la misma eficacia que en persona. A veces, la intención focalizada del terapeuta es tan poderosa que basta con dar la orden energética para que el bloqueo se corrija.
Tú solo necesitas estar en un lugar tranquilo, receptiva/o, permitiendo que la energía haga su trabajo.
Muchas personas sienten durante la sesión sensaciones como:
- Ligereza o calor en el cuerpo.
- Lagrimeo, liberación emocional.
- Relajación profunda.
- Claridad mental.
Y otras simplemente notan los cambios después: duermen mejor, se sienten más en paz o tienen menos molestias físicas.
En definitiva, no es “magia” ni suposición: es trabajar con una parte de ti que ya está en constante comunicación con todo. Lo invisible también es real.
¿Quién puede beneficiarse de una sesión energética a distancia?
Las sesiones a distancia son especialmente útiles si:
- Vives lejos o no puedes desplazarte fácilmente.
- Estás atravesando un proceso emocional intenso o una crisis.
- Necesitas apoyo energético puntual entre sesiones presenciales.
- Estás en un postoperatorio o situación física delicada.
- Simplemente prefieres la comodidad de tu hogar.
Muchas personas que han probado esta modalidad se sorprenden por los resultados. La clave está en abrirse a experimentar y permitir que la energía actúe.
Vivimos en un cuerpo, sí, pero no somos solo ese cuerpo. Y cuando nos damos permiso para mirar más allá de lo físico, se abre una forma nueva y profunda de sanación.
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