Hace unos días, en una sesión de masaje, viví una experiencia que me recordó —una vez más— que nuestro cuerpo guarda información mucho más allá de lo que se ve o se toca.
Atendí a una chica joven, de 32 años, que venía con molestias en la zona abdominal. Durante el masaje TNDR, noté que una parte del abdomen se sentía diferente, más tensa, más inflamada… y, por más que trabajaba la zona, el tejido no cambiaba.
Era como si algo interno mantuviera esa rigidez.
En esos momentos en los que la razón no encuentra explicación, suelo dejarme guiar por la intuición y la escucha energética.
De repente me vino a la mente una pregunta:
“¿Y si esta zona está sosteniendo algo más que una tensión física?”
Usé la kinesiología para testarlo y sentí una respuesta clara: esa zona estaba reteniendo una energía de baja vibración, algo que no pertenecía realmente a ella, pero que se había quedado “anclado” en su campo.
Pedí permiso energético para liberar lo que ya no necesitaba estar allí y lo hice.
En ese instante, el cambio fue inmediato:
ella dejó de sentir dolor, y bajo mis manos el tejido se volvió blando, cálido y libre.
Fue un momento profundamente bello, una de esas veces en que el cuerpo nos muestra que somos energía antes que materia, y que cuando la energía se equilibra, todo lo demás también se alinea.
🌸 Escuchar al cuerpo, escuchar al alma
Cada día veo más claro que el cuerpo nos habla constantemente. A veces lo hace con molestias, tensiones o dolencias físicas; otras, con emociones que se repiten o sensaciones que no sabemos explicar.
Cuando aprendemos a escuchar con atención —sin miedo, con respeto y amor—, podemos acompañar al cuerpo a liberar no solo contracturas, sino también cargas emocionales o energéticas que llevan tiempo pidiendo salir.
✨ Si sientes que tu cuerpo necesita liberar o equilibrar su energía
Estaré encantada de acompañarte en una sesión personalizada.
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Con cariño,
Sara · Alma Viva