Desde que nacemos, el contacto es nuestra primera forma de comunicación.
Una caricia calma, un abrazo reconforta, una mano sobre el corazón nos devuelve al presente.
Tocar con consciencia es una forma de sanar.
Las manos son una extensión del corazón.
Cuando tocamos con presencia, sin prisa, sin juicio, la energía fluye y el cuerpo lo siente.
Lo importante, además de saber la técnica, es la intención: conectar desde el alma con quien tenemos delante.
En mis sesiones de masaje TNDR, reflexología podal y barras de access lo veo cada día: el cuerpo responde cuando se siente visto, escuchado, respetado.
Pruébalo contigo misma
- Coloca tus manos sobre tu pecho.
- Respira y siente el calor que emiten.
- Visualiza que te estás sosteniendo con amor.
Ese gesto tan sencillo tiene el poder de transformar un momento de tensión en un instante de conexión.
Tocar para sanar no es una técnica, es un acto de amor.
Y cuando lo haces desde el corazón, el cuerpo lo reconoce.
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Con cariño,
Sara, Alma Viva




